|
|
En el siglo IV, y por el mismo camino de los askos, arribó Marcos de Menfis, con el culto del Espíritu que seguía al carro del Sol. (Sulpicio Severo, Chronica II, 40-51).
Marcos era alejandrino, un descendiente de Orígenes; su ascendencia se remontaba hasta las Siete Iglesias de Asia. Su patriarca era Juan de Patmos y también Bartolomé, apóstol de Persia y de la India. Su escuela se remonta a Montan, 141 años después de Cristo, y era la Iglesia del Espíritu, de Manes (Mens) y del Conocimiento (Gnosis), la Iglesia del Amor, del Paráclito, una rama pura, depurada, del frondoso bosque del gnosticismo. |
|
|
|
|