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Su cristianismo era una "Gnosis", un "Conocimiento" de los misterios divinos y una predicación. Su jefe era el Verbo que enseña y no el Hombre-Dios que sufre.
Como el Dios Salvador de Platón, salvaba por la Verdad, no por la expiación y el martirio.
El catarismo iba hasta la supresión de la cruz de los sufrimientos, la ocultación del crucifijo, el velar con una nube el Calvario.
Gnósticos, los cataros habían sido conducidos a esta negación por su concepto filosófico del origen de las cosas. |
La razón jamás ha podido explicar la coexistencia simultánea de lo infinito y de lo finito, de Dios y del mundo. Si el Espíritu es el Ser, la Materia es la Nada. Si el Espíritu es el Bien, la Materia es el Mal, es decir, el No-Ser. ¡Al ser Dios el Ser infinito, la carne sólo es una sombra, el mundo una apariencia, el destino un drama lúgubre, pero fantasmagórica!
De ahí, de las consecuencias que modifican profundamente la teología, la moral, el culto y el comportamiento, nos basta señalar:
Que el Cristo cátaro no era hombre;
Que su Cuerpo era luminoso y etéreo;
Que no ha sufrido físicamente en la cruz;
Que jamás ha sido realmente crucificado en el patíbulo del Calvario,
que el Cordero sólo ha sido inmolado realmente en el altar celeste del Apocalipsis. |
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